La alarma corre como la pólvora: la prostitución se apodera de las calles de Barcelona, la policía se muestra incompetente y las autoridades no encuentran ninguna solución.
Todo esto es triste, tristísimo, pero nadie apunta a los titulares que esta misma prensa que ahora se limita a quedarse en la superficie del problema tendrá que anunciar dentro de muy pocas semanas:
El sida y las enfermedades venéreas se están extendiendo por Barcelona.Es triste que trates de ayudar a una persona caída en el suelo sangrando y lo primero que te digan es que no lo toques porque el interesado está en un grupo de riesgo que puede complicarte el resto de tu vida, es tremendo que las y los profesionales del sexo den por hecho que tarde o temprano terminaran infectados de una de estas enfermedades pero así y todo no dejaran de ejercer la prostitución por diez euros y sin preservativo por que no tienen otro medio de vida, es tremendo que en una ciudad como Barcelona nadie quiera salir a la palestra dar la cara y explicar a la población el otro mal que se nos viene encima, es tremendo que en el tiempo que estamos nadie quiera llamar a las cosas por su nombre por miedo a que la etiqueten de alarmista.
Es más fácil que después de producido el mal adoptemos medidas extraordinarias, alarmemos a la población y convirtamos un mal incipiente en una nueva epidemia. Se ha degrado tanto la situación que ya no nos podemos permitir mirar para otro lado, lo tenemos a pie de calle con toda elocuencia y sin tapujos, las autoridades no hacen mas que pasarse la pelota unos a otros y el ciudadano se siente tan desprotegido que empieza a tomarse la justicia por su mano.
Lo malo de esto es que aunque ud. no sea cliente de este mercado, de carne apaleada y ofrecida sin dignidad a cualquier depravado, es muy fácil que tenga que coincidir en lugares comunes, servicios de cafeterías tiendas mercados etc. etc. y sin ser consciente de ello y dentro de un marco de posibilidades muy amplio esté usted exponiéndose a un contagio del que por desconocido no tomará ninguna precaución.
Llama la atención que el problema salga a la calle precisamente cuando los prostíbulos más conocidos estén cerrados por orden judicial, y de cuya investigación se ha destapado una mafia de policías, abogados y jueces que podían estar controlando a más de seiscientas chicas atraídas por falsas promesas y dinero fácil, da que pensar si gente de esta calaña no tiene poder suficiente como para crear una alarma social tan bien estudiada como para hacer claudicar a las mismísimas autoridades que, chantajeadas por la imagen negativa que se desprende de esta Barcelona sucia, insegura y prostituida, parecen empezar a resquebrajarse lanzándose entre ellos todo tipo de descalificaciones pero ninguna solución.
¿Al final quién será responsable de todo esto? Usted y yo por habernos pensando que los políticos a quienes votamos tenían la obligación de protegernos.
Totalmente de acuerdo, sobre todo por el mutismo de autoridades y prensa ¿será porque quieren proteger al sector turístico? No tengo ninguna confianza con personas que desde el poder, protegen, manipulan y ningunean sea de la forma que sea al ciudadano dejándolo sin protección. Aunque por los colegios ya sabemos que nuevas enfermedades están expuestos nuestros hijos y tampoco ante lo desconocido "previenen" a la población. Un saludo
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