Tiempos aquellos que dormían en el cajón del olvido como
anécdotas imposibles o historias del abuelo cuando empezaba a chochear, pero cuando en una estación de servicio
demandan dos o tres litros de gasolina por que el coche “apenas lo uso” me
vienen al pensamiento los tiempos en los que era muy normal pedir gasolina
“pal” mechero en la barra de un bar y aparecía
un botellín con tapón de corcho atravesado por un palillo que al volcarlo
dejaba caer unas gotitas de gasolina. Aquel servicio era gratuito y el camarero
tenía la obligación de vigilar que nadie se sobrepasara en el autosuministro
pero hete aquí que nada más aparecer el botellín todo el mundo sentía la
necesidad de recargar su encendedor y allí los tienes intentando empapar lo ya
empapado produciendo una reacción en cadena que terminaba con el botellín dando
bostezos y más de un mecherazo de los llamados martillo ardiendo por la
avaricia de su portador o la desmaña del suministro.
Eran tiempos en los que la gente apañaba más de un
mondadientes “Pa luego”, requería
bicarbonato para demostrar que se había comido opíparamente o se demandaba un
vaso de self para alargar el tiempo de la consumición, las aspirinas se
dispensaban en sobres de dos unidades y hasta había otro calmante llamado Okal
que también se vendía en sobres pero esta vez con forma de un triangulo para distinguirlo
del anterior, no todas las medicinas te las pagaba el seguro y tener alguna
hila de algodón, un poco de alcohol y un rollito de esparadrapo como reserva en
la casa era tener un botiquín con todas
las de la ley.
De ahí pasamos al mechero electrónico, el bicarbonato se
tornó en pastillas para no llamar la atención y a las consumiciones largas se
les añadió una rodajita de limón para llamarlas Cuba Libre o Gin Tonic, las
Aspirinas se estucharon para venderlas por docenas y en un alarde de derroche y
bien estar en cualquier rincón de la casa se almacenaron medicinas y potingues de
imposible consumo.
El presente nos lleva al inicio de esta historia; una vez más
el círculo se cierra en el mismo punto donde comenzó dejando en medio a toda una
generación prisionera sorprendida y descolocada que no acierta a encontrar la
salida de este círculo maldito en el que al igual que un jánster en su jaula no puede dejar de pedalear para estar siempre
en el mismo sitio.
REGRESAMOS AL PASADO
¿ENCONTRAREMOS LA BUENA
PRESPECTIVA?
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