domingo, 18 de marzo de 2012

LA RESPONSABILIDAD DE NO MALGASTAR


 Luces, sirenas, volante, la mañana está siendo movida, los servicios se suceden como un rosario interminable todos deseamos tener una ambulancia al lado en cinco minutos, todos suponemos que nuestro caso es el más grave, todos queremos curarnos en salud ante el más mínimo percance, todos imploramos asistencia ante un familiar delicado, un pariente en apuros  o por creernos perjudicados en un accidente, todos lo queremos todo porque para eso pagamos.

Nuestra unidad ha sido requerida para uno de estos casos mientras por la emisora  piden la localización de otra ambulancia para atender un accidente en el que dos motoristas están tendidos en la calle con daños evidentes en las extremidades, solo hay una unidad disponible pero muy distante del lugar donde están  los heridos, las llamadas de angustia desde el lugar del accidente son inquietantes se pide máxima urgencia,  la respuesta es desoladora la situación de la unidad disponible les impedirá llegar antes de diez minutos.

Diez minutos en un accidente de estas características son muchos minutos una pérdida de sangre importante, la falta de estimulo cardiaco o una mala  manipulación de las victimas realizada por manos inexpertas pueden ser determinantes para el futuro del accidentado.  Los minutos transcurren la ambulancia no llega y cuando esta hace acto de presencia en el lugar del suceso  los sanitarios son increpados por una tardanza que nadie explica y ninguno entiende.

Nuestra unidad también llegó a su destino, un resbalón en la calzada ha producido pequeños hematomas en la cara y la rodilla del accidentado que espera la asistencia sentado frente al establecimiento donde cayó, el percance no requiere mayor tratamiento que una limpieza de la zona afectada y algún analgésico, el herido esigue  entre exageradas muestras de dolor ser trasladado a un centro hospitalario. En este caso distraer una ambulancia para atender un percance de levísimas lesiones impidió acudir con prontitud al accidente realmente grave de los dos motoristas.

El coste de un servicio de ambulancia supone riesgo y una prestación extraordinariamente costosa,  no acudir a la visita de un medico programada de antemano supone retrasar el tratamiento a otros pacientes y gastos innecesarios que pagamos entre todos, pagar por receta es discutible, pagar por malgastar es perseguible.

LOS  SERVICIOS CUESTAN  AUNQUE  NO  SE  PAGUEN 

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona