miércoles, 4 de abril de 2012

LA CRISIS PUEDE SER CANCERIGENA


Andamos estos días metidos en acompañar en sus desvelos a un grupo de jóvenes creativos de los que no se conforman con esperar sentados que las oportunidades vengan a visitarles y crean su propio puesto de trabajo intentando además el más difícil todavía de exportase a sí mismos  a otras comunidades propagando la ilusión de que España tiene remedio si todos empujamos en la buena dirección.

No es que mi aportación sea determinante o ni siquiera significativa pero si lo suficientemente integrada como para poder vivir con ellos los momentos de máxima ilusión pero también los dolorosos  bajonazos de la prepotencia y la falta de ética moral por parte de empresarios y de las mismísimas administraciones que lejos de facilitar y encauzar en la buena dirección estas inquietudes torpedean sin ningún rubor el trabajo de jóvenes y no tan jóvenes haciéndolos víctimas de la palabra crisis y candidatos por desilusión y desesperanza a las listas infinitas del paro y la dejadez profesional.

No es de recibo que se contrate por media jornada para un cometido que se sabe de antemano tiene un horario imprevisible, tampoco es de recibo que ante un trabajo prácticamente terminado se argumente con toda desfachatez que del presupuesto inicial te rebajaras una parte sustancial porque tu asesor asi te lo ha aconsejado o que te desdices de tu compromiso por que la honorabilidad está a la baja y nadie reparó en hacerte firmar un compromiso con previsión de fondos.

Eso se está dando de manera habitual en cualquier relación mercantil nadie se fía ya de  la palabra dada ni la honestidad es bandera inquebrantable, la crisis está arrastrando a una dejación de valores que difícilmente podrá  recuperarse, no se cual será la profundidad de la sima económica en que estamos metidos pero no será menor  la grieta por la que estamos arrojando la ética y la moral de la que en otra época hacíamos bandera y mucho menos  los tiempos en que un apretón de manos tenía tanta fuerza como un acta notarial.

Cuando el mundillo político aparece mezclado en operaciones fraudulentas acudimos todos a la reparación inmediata de lo sustraído como exigencia inapelable aunque difícilmente conseguible pero nadie pone  en juicio de valor la reparación del daño moral que estos comportamientos llevan aparejados incluidos los damnificados que intentando trabajar con honestidad se ven desplazados por los vampirizados sistemas de corretajes,  comisiones y amiguismos imperantes en los panales de la administración.

CRISIS ES EL CANCER DE LA PALABRA HONESTIDAD

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona