lunes, 23 de abril de 2012

SAN JORDI NO HACE MILAGROS


Aquel profesor maldito tenía la virtud de hacernos comprender que la poesía era la antesala de la buena literatura servida y condensada en muy pocas palabras.

Tenía fama de intransigente, duro y maniático de la puntualidad pero se transformaba cuando sentado encima de su mesa a modo de pulpito trataba de inculcarnos lo que entonces se denominaba gramática española y que años después se definiría como literatura o lengua.

D. Celso, que así se llamaba nuestro personaje, no veía nunca el final de su clase y podía explayarse de tal manera hablado de poesía que podía eternizarse en el tiempo olvidando otras asignaturas, de él siempre recordaré su entonces admiración por Gabriel y Galán y el suspenso que me endosó cuando nos mandó un ejercicio de redacción definiendo a un personaje muy conocido y yo le presenté el que incluyo a continuación:

TARUGO  ENGALANADO

No puede ser nunca potro
Quien nació para mostrenco
Y será siempre mal penco
Con arreos de alazán.

Renco va de entendimiento
Por sobrado es lenguaraz
Y presume de ilustrado
Siendo tosco y montaraz

Por sentirse iluminado
Tiene un traje por disfraz
Más solo tiene pechera
Y el culo enseña detrás

Como pollo sin cabeza
Alocado y sin ronzal
Atrochando tira al monte
Es su medio natural.

D. Celso cuando alguien presumía de acaparar muchos libros e incluso presumir llevándolos de un sitio a otros debajo del brazo, decía que el saber no entraba por el sobaco ni Salamanca hacia milagros.

Hoy cuando veo gente que compra libros como si fueran naranjas, por lo llamativo de las portadas o por la popularidad efímera de un personaje popular no puedo por menos de recordar aquel maestro de todo, enseñante  por obligación y cura por devoción,  que si que él lo supiera me aficionó a la lectura y su admiración por los grandes poetas.

D. Celso desde ese cielo que el pregonaba y donde supongo que estará se habrá desatascado la teja, habrá sacado su herrumbroso pañuelo del hondón de su sotana y frotándose la frente estará diciendo: Seisdedos, mira que me ha costado metértelo en la mollera. Gracias D. Celso


SAN  JORDI  NO  HACE  MILAGROS, PERO  LO  INTENTA.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona