jueves, 29 de abril de 2021

REFLEXIONES DE UN JUBILADO EN TIEMPO DE PANDEMIA


El calendario tiene números, fechas, santorales y domingos en rojo, nada de esto tiene importancia cuando una vez jubilado tus días son todos iguales, tus compañeros de trabajo siguen con su faena y tú metido en esa bolsa que se llama tiempo libre tratas por todos los medios de salpimentarla  con actividades que te permitan estar útil y además disfrutar de ello. Todo esto lo paralizó la maldita pandemia todo y por un tiempo cada vez más largo y tedioso, las mascarillas borraron sonrisas a los saludos, el pelo fue caneándose sin remedio y las espaldas se curvaron bajo el peso de la incertidumbre mientras el calendario indolente sigue marcado fechas con rutina espartana sin respetar primaveras ni veranos y deja congeladas fechas y efemérides familiares que nunca podrás recuperar. El paréntesis no es igual en todas las edades, un parón a los veinte no es lo mismo que a los setenta, descongelar las ilusiones requiere tiempo y paciencia, despertar de este letargo no será nada fácil si además requiere recomponer los círculos de actividad que quedaron suspendidos en el tiempo.

Este maldito virus nos ha hecho valorar lo que teníamos, pensar que la situación anterior no tendría retroceso nos hizo engreídos, nos apuntarnos con naturalidad a una situación privilegiada que nos impidió valorar que estar activos sin más límites que nuestro propio esfuerzo y tener la potestad de escoger hacia dónde dirigir nuestras preferencias nos situaba en la cualidad de independientes. Ahora todo es distinto, añorar no es un verbo que nos favorezca pero cuando la añoranza es el asidero de la ilusión debemos fortalecerla. Las vacunas están sellando ese pasaporte que nos da paso al cuarto de los bártulos adormecidos, comenzar a desempolvarlos con ilusión tiene que formar ya parte de esa reentrada en el devenir diario que se nos había ninguneado e intentar recuperar la sonrisa sin gomas ni atalajes debe ser nuestro próximo objetivo, porque los jubilados tenemos tiempo lo que no tenemos es calendario y eso en este tramo de la vida solo se conjuga en presente.

 

        EL TIEMPO ES NUESTRO, SOLO EL PAISAJE ES PRESTADO

1 comentario:

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona